¿Me apagas tú?

domingo, 11 de diciembre de 2011

"Desconecto para poder volver a conectar", dijo exhausta La Camarera. 

Y tiró tan fuerte de su cable que temió en lo más profundo haber arrancado el enchufe con él y llevarlo ahora siempre consigo.

Quizá no se hubiese percatado, quizá La Camarera era wireless. O tal vez traía de serie una batería incombustible. Quizá sólo estaba hibernando. O simplemente no encontraba el botón del off. ¿Dónde está? No lo sabía. No lo sabe. Yo tampoco.

El procesador no le daba tregua aunque, por fortuna, alguna reconfortante parte del software trabajaba sin descanso para contrarrestarlo. Ideas, planes, ideas que generasen tareas para ejecutar en primer plano exigiendo un rendimiento casi total del sistema. Un bombardeo de instrucciones y datos al hardware sobre acciones alternativas. Quizá triviales pero, dios, cómo las necesitaba.  De lo contrario, presagiaba un disco duro quemado incendiando todo el equipo.

¿Y si se agotasen la creatividad y las tareas alternativas? ¿Y si el sistema colapsa? ¿Cómo apagarme? ¿Quién me apaga?