¿Qué recoge quien siembra la duda?
Nada.
Abandona la cosecha a su suerte y al infortunio del que,
despistado,
pasaba por allí y recolectó,
Campesino engatusado
por las curvas
de un interrogante.
Confiando en que el fruto,
quizás,
alimentase su alma.
Pregunta con silueta de maná,
embocada al paladar
y con notas de wasabi.
Suave al tacto,
energía en un ocho perfecto
pisado con cejilla.
Pero, ¿qué recoge quien la duda siembra?
¿Nada?
De las dudas nacen algunas certezas. Creo que deberíamos enamorarnos más de las preguntas y menos de las respuestas. Ellas abren más puertas.
Un abrazo