La camarera no existe...

lunes, 21 de julio de 2008
La idea de dar a luz un pedacito de Red para modelar a mi antojo, para hacer y deshacer historias, propias o ajenas, ciertas o no... quedaba sepultada segundos después de que la duda pasara silenciosa sin dejar rastro de aquel deseo.

Para que la bombilla se encendiese sin miedo a ser observada, llegó él con el firme propósito de pulsar el interruptor adecuado. Se encendió la luz, mi luz, aunque los fusibles estaban preparados desde hacía tiempo para que la energía circulase en el momento oportuno.

Puedes hablar de lo que quieras, me dijo, puedes ser tu, pero también puedes ser otro. Puedes ser la vecina del quinto o puedes ser un perro, mi perro. [...] ¿Sabes? Todos sentimos lo mismo: alegría, tristeza, odio, rabia, amor... te sorprendería saber lo que otros piensan o sienten en situaciones similares. Además, siempre puedes decir que la camarera no existe...